miércoles, 11 de enero de 2017

Madrid y sus bares

En las visitas que hago de manera regular a la capital para visitar a mis amigos, he frecuentado varios bares en los que con tu bebida, te ponen una tapa, como es costumbre también en Andalucía. La bebida suele costar entre 2,50 y 3,50 euros y esto te garantiza que sales cenado del garito en cuestión con la ración que te ponen porque suelen ser generosas si sabes dónde ir. No es en todos los bares ni todas las tapas son buenas, pero hay lugares de Madrid que son dignos de mención, y por ello, os haré un listado de algunos de los bares que he comprobado que ofrecen tapas o raciones con la consumición por lo que su calidad está debidamente contrastada. Ahí van:

- En primer lugar, el Restaurante Padrón, en la calle San Bernardo, 56. Fue una recomendación de un amigo y, personalmente, se ha convertido en una visita prácticamente obligada ya que el personal es amable y simpático y está muy cerca de la pensión en la que me alojo. La consumición ronda los 2,50€, y si os sentáis en la barra, a partir de la segunda consumición os cae una lluvia de tapas cada vez que sacan una nueva de la cocina, da igual que hayáis pedido o no. Algunas de las tapas son mejores que otras, pero como te ponen varias, si no te comes una pues tampoco pasa nada. La paella no me acabó de gustar, demasiado caldosa, y hacen una especie de revuelto con pescado que no me gustó nada, pero la tortilla, las bravas y los montaditos están de escándalo. También disponen de raciones a parte, sale bastante más caro que ir a tapear, aunque os recomiendo encarecidamente los calamares rebozados a la andaluza, que están extremadamente buenos. Si o sentáis en mesa, depende del día y la hora, te ponen una o dos tapas por bebida.

- La cafetería Rocablanca está en pleno centro comercial, en la calle Fuencarral, 71. Fuimos a parar a este local de pura casualidad porque no encontrábamos demasiados bares abiertos por el centro de la ciudad, ya que en el mes de agosto la mayoría de los de esta lista estaban cerrados por vacaciones. Fue todo un acierto: hacen las mejores croquetas del universo, entre ellas unas de queso gorgonzola que quitan el sentido, y una ración de 6 croquetas no llega a 6€, aunque se pueden pedir unidades por 1€ cada una. A parte de eso, con cada bebida te ponen tu tapa, a escoger entre 4, la que más te guste. El personal es muy simpático y agradable y, a parte de las tapas, las bebidas y la ración de croquetas que pedimos, nos obsequiaron con unas deliciosas olivas.

- Por fuera, el Restaurante La Blanca Paloma, situado en la calle del Espíritu Santo, 21, pinta algo decrépito, con ofertas bastante descoloridas colgadas a lado y lado de su puerta de madera, en los que te indica que a partir de la segunda consumición te obsequian con una ración de lo que escojas. Al entrar,
te encuentras con hiedra de plástico que decora las paredes, murales de tamaño gigantesco que representan paisajes selváticos, fondos marinos, montañas... es un poco curioso y oscuro, pero contrasta con la amabilidad del personal que hace que enseguida te sientas cómodo. Pedimos dos consumiciones y nos indicaron que podíamos escoger una de las raciones de la carta como se indicaba en la oferta, así que, después de varias consideraciones, nos decantamos por los huevos rotos. Al cabo de un rato, nos plantaron una ración enorme con una cantidad obscena de patatas fritas, dos huevos fritos y unas 3 o 4 lonchas de jamón serrano. No eran los mejores huevos rotos del mundo, pero estaban buenos. Pedimos la cuenta... 7€ en total para dos personas. No está nada mal, ¿verdad?

- Varias personas me habían recomendado la Sidrería El Tigre, pero no había llegado a ir nunca. Al parecer, es uno de los bares con más solera de la ciudad y suele estar hasta la bandera. Finalmente pude visitarlo y comprobar por mí misma el porqué de la fama del lugar... y debo decir que se la tiene bien merecida. La sidrería original encuentra en la calle Infantas, 30, porque como pasa con los bares que más éxito tienen, abren sucursales con la misma filosofía para poder atender a todo el público que tienen. Si sois un poco aprensivos o muy amantes de los animales, mejor visitad, en este caso, la sucursal: Tigre del Norte, que está situada en la calle Hortaleza, 23, ya que la de la calle Infantas dispone de toda una serie de piezas de caza en la pared, y la sucursal no tiene este tipo de decoración. Tuvimos suerte ya que al llegar se fueron unas personas y nos pudimos ubicar en una esquina, de pie, y al pedir las bebidas, nos obsequiaron, por el módico precio de 7,50€ en total para dos personas, con un platazo con montaditos de tortilla de patatas, otros de chorizo, patatas bravas y sus famosos tigres, que son las croquetas que hacen en el bar. La calidad de los productos era espectacular, el chorizo sobretodo estaba delicioso. Después de ese platazo, cualquiera se mete algo más entre pecho y espalda... Repito seguro, aunque si tenéis pensado ir, os recomiendo tener tiempo y paciencia o ir muy pronto, ya que hay una persona en la puerta que va controlando quien entra y quien sale, y si considera que el local está lleno, no se puede acceder.

- Un domingo por la mañana me llevaron a la Petisqueira II, que está ubicada en la calle de Mejía Lequerica, 17. Tenía pensado ir a este bar, pero no había tenido tiempo, así que me encantó que mis amigos me propusieran ir allí porque así lo tachaba de mi lista de pendientes. Tuvimos que consultar la ubicación con una persona que paseaba un perro ya que por la misma zona la Petisqueira original, que se encuentra en la calle Churruca, 6, que es a la que teníamos pensado ir, pero estaba cerrada, así que fuimos a la II que estaba en plena ebullición. Nos pasamos allí unas cuantas horas, primero en la barra y después en una mesa, y nos obsequiaron con todo tipo de tapas: mini hamburguesas, paella, tortilla de patatas, patatas fritas con chistorra... todo muy light y bajo en calorías, por supuesto. El personal es bastante seco y en algún momento tuvimos que esperar más de lo estrictamente necesario para ser atendidos y que se nos sirviera la tapa, pero las tapas son buenas y abundantes y vale la pena la visita.

A parte de estos bares de tapas, he estado en varios restaurantes comiendo, de los que también haré una lista y podáis explorar nuevas opciones. Pero esto da para otro post en este blog... ¡Espero que disfrutéis de la ciudad y sus tapas! Cualquier recomendación que tengáis es bienvenida e intentaré, en la medida de lo posible, ir añadiendo más información.

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